FUNDACIÓN TIERRA
“Nuestra familia estaba arruinada porque perdimos nuestra cosecha de
soja y maíz por la sequía. Con el PAA (Programa de Adquisición de
Alimentos) mi madre empezó a hacer pan y pasteles; ella cultivaba su
producción y nosotros [sus hijos] teníamos que ayudarla con las tareas
domésticas. Con los beneficios, mi madre compró un ordenador y paga mis
estudios”. (Joven participante en la oficina de evaluación del PAA en la
región del Sul). El testimonio corresponde a una de las alternativas
que se describen en el “Observatorio del Derecho a la Alimentación y a
la Nutrición 2013”, presentado en Roma el 8 de octubre.
Al respecto el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a
la Alimentación, Olivier de Schutter, citado en un comunicado de prensa
del observatorio, piensa que esas alternativas surgen de las
poblaciones que buscan recobrar el control de los sistemas alimentarios.
De Schutter afirma: “Los fracasos de los sistemas alimentarios
dominantes son ahora ampliamente reconocidos. No obstante, la inercia
hace que sigan prevaleciendo, en gran medida porque no se han propuesto
alternativas creíbles. Esta publicación muestra que tales alternativas
están emergiendo. No emergen de laboratorios de científicos
especializados en alimentación o de agencias gubernamentales, sino que
surgen de forma ascendente, de las iniciativas de las personas que
buscan recuperar el control sobre los sistemas alimentarios de los que
dependen”.
Pero ¿Cuál es el objetivo de dar a conocer estas alternativas? Los
autores del documento afirman en sus conclusiones que “ningún derecho
humano, y especialmente el derecho a la alimentación y a la nutrición,
puede realizarse sin implicar a los titulares de derechos más afectados
en la elaboración de políticas eficaces contra el hambre”. Esto quiere
decir que las poblaciones afectadas por esas políticas tienen que
participar en la definición de las mismas.
Además sostienen que se debe emplear “los derechos humanos como
metodología fundamental para fortalecer los sistemas de rendición de
cuentas y articular alternativas a las políticas dominantes en los
sectores de la alimentación, la agricultura y la nutrición”.
Sobre el particular, el Secretario General de FoodFirst Information
& Action Network (FIAN Internacional), Flavio Valente opina que hay
que detener las políticas que generan hambre, según un comunicado de
prensa del observatorio. “Es fundamental un enfoque basado en derechos
humanos, incluida la aplicación de los instrumentos jurídicos
internacionales, para revertir tendencias globales que provocan
discriminación, exclusión y enajenación. Las políticas de comercio e
inversión, energía y finanzas, agricultura y nutrición, deben ser
analizadas bajo el criterio de la coherencia con los derechos humanos”,
cita el documento.
Según el observatorio es necesario comprobar la “coherencia en
materia de derechos humanos para iniciativas globales como la Nueva
Alianza del G8 para Seguridad Alimentaria y la Nutrición, la iniciativa
Scaling-Up Nutrition (SUN), la Alianza por una Revolución Verde en
África (AGRA) y otros Partenariados Público-Privados (PPP) en
agricultura o nutrición”.
El observatorio identificó varias políticas que generan hambre y
malnutrición en el mundo, entre ellas las “Inversiones del sector
privado en el desarrollo agrícola” y la violencia estructural contra las
mujeres.
El informe se divide en dos partes. La primera está dedicada a las
“Alternativas y resistencia a políticas que generan hambre” y la segunda
contiene informes nacionales y regionales basados en el “Monitoreo del
derecho humano a la alimentación y a la nutrición”.
Martin Wolpold-Bosien escribió el primer artículo: “Rendición de
cuentas en materia de derechos humanos, gobernanza inclusiva en la
alimentación y la nutrición, y el marco post 2015”, que busca contribuir
al “análisis crítico” del proceso de discusión a nivel mundial para
definir el marco de desarrollo post 2015, tomando como base los
hallazgos clave de las ediciones previas del Observatorio del Derecho a
la Alimentación y a la Nutrición.
El segundo apartado titula “Inversiones del sector privado en el
desarrollo agrícola” y contiene tres artículos: “Un énfasis estratégico
falto de actores estratégicos” de Kathy McNeely; “Los auténticos
beneficiarios del ‘Programa de Salud del Suelo’ de AGRA” escrito por el
Centro Africano para la Bioseguridad y “La Iniciativa SUN” escrito por
Claudio Schuftan y Ted Greiner.
El tercer apartado es “Resistencias y visiones alternativas”. El
cuarto es “Haciendo frente a la violencia estructural, cambiando las
políticas: estrategias organizativas de las mujeres para superar la
discriminación y el hambre”. El quinto apartado titula: “Semillas y
autonomía campesina”. El artículo final de la primera parte es:
“Garantizar modos de vida sostenibles en la pesca en pequeña escala”.
En la segunda parte están informes de países de África, Asia, América Latina, Europa y Estados Unidos.
El capítulo referido a América Latina contiene dos artículos y un
cuadro. “Organismos genéticamente modificados y resistencia en la región
maya de México” escrito por Marcos Arana Cedeño; “Las transnacionales
de la biotecnología, las grandes beneficiadas del quiebre democrático en
Paraguay” de Jorge González y el cuadro titulado “Concentración de la
tierra en Paraguay: Caso Marina Kue” elaborado por Nadine García.
FUENTE: http://www.ftierra.org/ft/index.php?option=com_content&view=article&id=16981:rair&catid=159:sa&Itemid=239
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