CEDLA:
Rolando Carvajal
Se esperaba una diminución lenta de los ingresos, pero a medio año el bajón muestra su rudeza: caen drásticamente los precios del gas y la renta por hidrocarburos. Se perfila un incentivo adicional de 15 $us por barril. En exploración, subiría a 33 $us y en áreas no convencionales a 38 $us.
Los precios de exportación del gas boliviano decaen hasta un 40 % y lo que el año pasado se llegó a vender en 10 y 9 dólares ahora se liquida en 6.1 y 5.7 dólares el millón de BTU (Unidad Térmica Británica), mientras la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) intensifica su producción elevándola a topes históricos para monetizar las reservas.
No ha logrado, empero, detener el severo declive en los ingresos por hidrocarburos, más de 800 millones de dólares (M$us)tan solo entre enero y mayo pasados, ni aumentar sustancialmente las reservas, ni industrializar el sector en diez años de Estado Plurinacional.
Todavía lejanas las proyectadas plantas petroquímica de propilenos y etilenos previstas para el 2018 y el 2022 y la de úrea para el 2016; las de separación del gas denominado rico son únicamente eso, separadoras, y no llegan a industrialización, según especialistas, que admiten la posibilidad de diversificar las ventas de gas licuado de petróleo (GLP) a Paraguay, Perú y Brasil.
Las inversiones no dejan de ser tímidas si se toman en cuenta los casi 2.400 M$us. anunciados para este año, de un presupuesto asignado a YPFB que sobrepasa los 12.800 M$us, de acuerdo con datos Sigma-2015 del Ministerio de Economía.
El 2014 la Corporación calculó inversiones por 3.029 M$us pero sólo ejecutó 2.050 millones, y desde el 2010 programo más de 13.051 millones de dólares pero sólo ejecutó 7.553, según sus propios informes.
Ese panorama, que incluye un acrecentado interés por explotar “con fuerza” petróleo y gas en siete de las 22 áreas naturales protegidas del país, sobre todo en la Amazonia y el Chaco bolivianos, y poner en vigencia los incentivos fiscales que se negocian con las transnacionales petroleras, acompañan la celebración del quinto congreso Gas & Petróleo de YPFB Corporación, enfocado a nuevos mercados y desafíos.
El evento fue inaugurado este martes en Santa Cruz por el presidente Evo Morales que, precisamente en torno a nuevos mercados, anunció en junio pasado en Asunción que la exportación de GLP a Paraguay rebajaría de 17 a 12 dólares el costo de la garrafa en ese país, mientras que el sur peruano confiaba en una reducción de cinco soles por balón de 10 kilos.
MERCADOS NUEVOS, INGRESOS DECLINANTES
La ministra peruana de Energía y Minas, Rosa María Ortiz, una de las invitadas especiales al Congreso, tenía previsto definir en la reunión las negociaciones sobre precios y volúmenes para el abastecimiento del mercado vecino. Se esperaba que la licitación internacional sea lanzada en septiembre próximo.
“Tenemos 1.200 toneladas de excedente de GLP, los mercados acordados son Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina y Perú. Los volúmenes que vamos a exportar varían por los precios”, dijo su colega boliviano Luis Alberto Sánchez, para quien el precio de venta a los mercados variará sobre la base de las negociaciones con cada país.
PetroPerú y PetroPar consideran una media de 420 dólares la tonelada métrica de gas natural, aunque conocen que Bolivia quiere introducirse en sus mercados como distribuidor y comercializador. “Yacimientos tiene toda la intención de incursionar a nuestro mercado y en ese contexto estamos viendo la posibilidad de hacer una asociación”, anticipó el ejecutivo de Petropar, Rómulo Campos.
En todo caso, en lo que resta del 2015 estas ventas no sobrepasarían en valor los 200 M$us, frente a una caída de las exportaciones a 4.500 millones este año, respecto de los 5.800 M$us. percibidos el 2014, de acuerdo con estimaciones de la presidencia de YPFB al arrancar la gestión actual.
La Fundación Milenio cree que los ingresos en toda la gestión 2015 ascenderán a 3.000 M$us. El Instituto de Estadísticas dedujo que por venta de gas en los primeros cinco meses del año, el país dejó de percibir 816 M$us. y el Servicio de Impuestos Nacionales informó que los ingresos por Impuesto Directo a los Hidrocarburos(IDH) que benefician a gobernaciones, municipios y universidades, cayeron un 18% al primer semestre con relación al mismo período del 2014 y apenas sobrepasan los 900 M$us.
Para contrarrestar los bajones, YPFB intensificó la producción de gas hasta 62 millones de metros cúbicos diarios (Mm3/día), promedio durante el mes de marzo pasado, remontando por ejemplo los 39 millones que producía el 2010. En julio anterior la petrolera estatal llego al tope de 63,23 millones, según el Boletín Estadístico 2014
Hace tres meses, la Fundación Jubileo, de la Iglesia Católica, previó que la tendencia en la cotización del petróleo provocaría un descenso en el precio de exportación del gas natural que Bolivia vende a Brasil y Argentina, aunque “debido a la fórmula de cálculo de precios estipulados en ambos contratos el efecto en el año 2015 se irá sintiendo de a poco”.
En este contexto de volatilidad de precios, alta dependencia de la renta petrolera y urgente necesidad de exploración y diversificación de mercados, Bolivia enfrenta el desafío de definir mecanismos de diversificación económica, fondos de ahorro y estabilización para los ingresos, uso y destino de éstos y mecanismos de gestión pública más eficientes, recomendó Jubileo sugiriendo el Pacto Fiscal como “el espacio más propicio”.
Pero la diversificación de mercados apenas comienza, y no existen los fondos de estabilización o de ahorro, mientras que la Corporación, que estas semanas estrena su nueva página digital, persiste en no informar acerca de los costos recuperables reconocidos y devueltos a las petroleras y que ascenderían a más de 11.000 M$us, casi un tercio del negocio de los hidrocarburos en Bolivia, según datos cruzados de Jubileo y el CEDLA.
Tampoco sobre el destino de los 7.000 millones de dólares en participaciones de YPFB acumulados en los últimos años, mucho menos sobre los 200.000 M$us. manejados por la administración Morales en diez gestiones, de los cuales se destinó a inversiones 26.000 millones y a bonos sociales 3.000 millones de dólares.
Igualmente, no se tiene nuevos mercados de largo plazo asegurados con Argentina y Brasil, previéndose sin embargo que los acercamientos comiencen en este quinto Congreso, con amplia ventaja para los compradores que comenzarán a negociar en un contexto de precios a la baja, tanto por la producción estadounidense no convencional mediante el fracking, como por el reciente acuerdo de Irán con las potencias mundiales, que le permitirá saturar de petróleo un mercado ya deprimido por las cotizaciones tendientes al descenso.
MAS “INCENTIVOS”, MAS CUESTIONAMIENTOS
Aparte de los incentivos en vigencia, como el pago de 30 dólares por cada barril de petróleo producido, adicional a los 27 dólares que se cancela a las petroleras y las notas de crédito fiscal (Nocres), las transnacionales esperan que se concreten mayores beneficios para incrementar sus retribuciones por utilidades y costos recuperables.
El Estado boliviano debería aprobar estímulos como la reducción de los costos operativos y dentro de ellos los que más peso tienen son los costos de perforación y de servicios, que afectan a la rentabilidad de un proyecto, dijo en mayo pasado el gerente general de Total E&P Bolivie, Loïc Laurandel.
Los anuncios partieron un mes antes desde el mismo gobierno. Durante la conferencia de Asociación Regional de Empresas de Petróleo y Gas Natural en Latinoamérica y el Caribe (ARPEL), realizada en Punta del Este, se anunció que el país está preparando incentivos fiscales para que las empresas privadas no disminuyan su participación en inversiones para exploración y explotación.
El reporte de la agencia Reuters detalló que en proyectos de explotación de condensados asociados al gas natural las empresas contarían con un incentivo fiscal de 15 dólares por barril, tomando como referencia un precio promedio de 50 dólares. En el área de exploración, esta cantidad llegaría hasta los 33 dólares el barril, en áreas no convencionales, 38 dólares.
“Las reservas y la producción en Bolivia se encuentran disminuyendo, esa es la realidad”, dijo a Reuters el vicepresidente de Administración y Contratos de YPFB, Luis Carlos Sánchez.
“Y hemos podido notar que esta disminución es producto de (que) las inversiones en exploración no son suficientes en el sector”, agregó.
Al parecer, los incentivos no están dando los resultados esperados por la misma Corporación. El analista Gustavo Rodríguez Cáceres advirtió que la producción estaba por debajo de los niveles previos a la aplicación del incentivo. Es decir que, independientemente de cual sea el dato verdadero, no hay un “incremento de producción significativo”.
Sugirió en cambio que el gobierno destine una alta inversión para que YPFB Chaco (empresa 100% estatal) la utilice en la exploración exclusiva de petróleo o que los campos marginales pasaran todos a manos de esta misma subsidiaria, que reportaba costos de producción tan bajos que hacían innecesario el “incentivo”.
Rodríguez cuestiono también las Nocres concedidas a las transnacionales, “las mismas que disminuyen el monto de recaudación de impuestos en efectivo; monto, este último, que sustenta el Presupuesto General del Estado y sobre el cual se distribuye a las regiones las alícuotas definidas por coparticipación”.
EXPORTANDO A PRECIO BARATO
Otro analista, Francesco Zaratti, observó que ante el dilema de mantener los ingresos aumentando los volúmenes de exportación o dosificar la producción a la espera de la recuperación de los precios, el gobierno optó por compensar la baja del precio con el incremento de los volúmenes, lo que pone en cuestionamiento si es bueno para el país incrementar las exportaciones cuando los precios bajan,
¿Se justifica vender más gas a precio barato? ¿Acaso la prioridad de la política hidrocarburífera, en esta coyuntura, no debería ser atraer inversiones para incrementar las reservas antes que exportar más gas de lo comprometido en los contratos?, se preguntó Zaratti planteando además revertir el derroche de gas natural entregado a las termoeléctricas para producir electricidad subvencionada.
En tanto surgen otras observaciones, el nuevo presidente de YPFB, Guillermo Achá, muestra orgulloso algunos puntos a favor:
Por una parte, la reposición de reservas consumidas, situándolas entre 10,4 a 10,7 trillones de pies cúbicos (TCF), anticipando que hasta el 2019, además de reponer las reservas consumidas anualmente de 0,8 TCF, se obtendrá 1,9 TCF adicional a lo calculado el 2013, según declaró a El Deber. Por otra, la naciente diversificación de productos y mercados en los próximos años con envíos de GNL (gas natural licuado) y GLP a Perú y Paraguay.
Un tercer logro es el interés de nuevas transnacionales, pues están en curso 15 nuevos contratos de exploración en todo el país, donde participan la rusa Gazprom, la francesa Total, la británica BG Group, la brasileña Petrobras, la española Repsol y la argentina YPF, precisó Achá a la agencia Reuters, ratificándola línea extractivista del gobierno de Morales.
En las últimas semanas, el gobierno anunció el descubrimiento de un nuevo reservorio de petróleo en Yapacaní, pozo Boqueron N-X4D, pero el ex ministro Guillermo Torres desvirtuó el hallazgo, afirmando que en realidad data de los años 80.
A seis meses de su designación, el presidente de YPFB se muestra a salvo de denuncias de corrupción que afectaron a la empresa estatal en los últimos años, desde que fuera nacionalizada el 2006, aunque está pendiente un cargo por contrato con un transportista perseguido por la policía antidrogas de Argentina.
Corruptelas al margen, el vicepresidente Alvaro García Linera destacó las últimas semanas que uno de cada cuatro bolivianos tiene acceso al gas natural, lo que representa que sólo el 75% de los bolivianos no tienen acceso al gas domiciliario.
“Si multiplican cada hogar por cinco (personas) estamos hablando que dos millones y medio de bolivianos ya tienen gas domiciliario. Uno de cada cuatro bolivianos ya tiene gas domiciliario, un logro”, dijo, cuestionado de inmediato por la presunta “incapacidad y traición” a la lucha de lo bolivianos que pelearon el 2003 por la verdadera nacionalización de los hidrocarburos y su beneficio en las áreas rurales y la periferia urbana.
“Decir que uno de cada cuatro habitantes tienen acceso al gas representa el fracaso de este gobierno después de nueve años de gestión, si supuestamente estamos bien económicamente como dice el Gobierno, todos deberíamos tener gas en nuestras casas, en los colegios y centros de salud pero no hay”, dijo el dirigente del Bloque Vecinal Revolucionario (BVR), Froilan Calcina.
El presidente Morales anunció una exploración con “mucha fuerza” en áreas protegidas, anticipada por Achá en las selvas de Amboró, Pilón Lajas, Carrasco, Madidi, Iñaú, Aguaragüe y Tariquia.
A una década de gobierno populista, el vicepresidente García Linera cree que no hay otra forma que el extractivismo “temporal” para financiar la lucha contra la pobreza mientras se crean las condiciones para un nuevo modelo de desarrollo.
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