Sábado, Marzo 29, 2014 - 17:17
A vista de pájaro, el gris oscuro de las rocas se come, poco a poco, al blanco de la nieve. Esto es la cordillera andina de Bolivia, un país donde casi el 50 por ciento de sus glaciares pierde terreno año tras año. El cambio climático provoca el deshielo, y eso afecta a las comunidades campesinas de la región.
Paulino Quispe cuenta, en quechua, que antes las montañas estaban llenas de nieve, pero que ahora falta agua para beber, y agua para el cultivo, informa rtve.es
La temperatura aumenta, y el deshielo y la muerte paulatina de los glaciares afecta a la vida de estos campesinos. Hay cultivos, como la quinua, que apenas se dan. Y se han recuperado técnicas de cultivo milenarias que se adaptan mejor a terrenos áridos y a la escasez de agua.
Otros expertos prefieren ver el vaso medio lleno. El calentamiento global hace inviable cierto tipo de cultivos, pero… De cómo se adapten los campesinos dependerá también su alimentación. Todos, sin embargo, sufren ya la falta de agua que caía de los glaciares, la que llenaba los ríos y los lagos en las épocas de sequía.
Un estudio de Oxfam sostiene que la subida de la temperatura y la desaparición de los glaciares tendrán graves consecuencias en un país donde 1 de cada 4 habitantes no satisface sus necesidades alimentarias. Bolivia, que apenas contribuye a la contaminación de la atmósfera, sufre sin embargo los graves daños del calentamiento global.
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