INFOBAE, EL NACIONAL
Bolivia, Venezuela y Paraguay son, en ese orden, los tres países de la región donde peor se come, de acuerdo con el índice Good Enough to Eat ("Suficientemente bueno para comer", en español) elaborado por la ONG Intermon Oxfam.
El índice evalúa la situación de la alimentación en 125 países del mundo teniendo en cuenta cuatro factores: la disponibilidad de alimentos, el precio de estos, su calidad y la salud de los habitantes en función de la dieta.
A partir de estos indicadores, encabezan el ranking de la mejor alimentación Holanda, Francia y Suiza, seguidos por Austria, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Australia, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal.
A nivel regional, se destaca Brasil en el puesto 25, seguido de la Argentina y Colombia (ambos en el 36) y Chile (44).
La ausencia de desnutrición y el acceso a agua potable son los factores que más pesan en la buena clasificación de estos países. En el caso de Holanda, los alimentos tienen precios bajos y hay una mayor diversidad nutricional, aunque el índice de obesidad es alto.
LOS DESFAVORECIDOS
En contrapartida, los lugares con la peor alimentación son Chad, Etiopía y Angola, todos ellos en el continente africano.
En Chad, el problema principal es el precio elevado de los alimentos, solo superado en Guinea y Gambia, a lo que se suma la mala calidad de la comida y el limitado
acceso a la sanidad.
En lo que respecta a la región, Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay y Venezuela se encuentran fuera de los primeros 50 puestos, a pesar de ser grandes productores de materias primas y alimentos.
El informe remarca que algunos de los países más ricos, como los Estados Unidos y el Reino Unido, no se encuentran en la parte alta de la clasificación.
Esto se explica por sus altos niveles de obesidad o diabetes, así como por los elevados precios de los alimentos, que son los problemas más frecuentes entre los países ricos.
FUENTE: http://www.opinion.com.bo/opinion/revista_asi/2014/0126/suplementos.php?id=2674
Con respecto a la calidad
de los productos alimenticios, la máxima se da en Islandia y la mínima en Bangladesh y Lesoto, en tanto que Mozambique es el país con peores condiciones de acceso al agua potable.
De acuerdo con Intermón Oxfam, el consumo excesivo, el uso ineficaz de los recursos y su desperdicio son las causas que explican que siga habiendo hambre pese a que "hay suficientes alimentos para todos".
LA INVESTIGACIÓN
El estudio fue elaborado con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial del Trabajo, y toma en cuenta las cuatro principales preocupaciones para los consumidores de todo el planeta, según Oxfam.
El primer aspecto que se considera para elaborar el índice es si las personas tienen suficiente para comer, lo cual se mide por los porcentajes de desnutrición y de niños con bajo peso. El segundo es la asequibilidad, evaluada por el costo de la comida en comparación con otros bienes y servicios y la volatilidad de los precios.
La calidad de la alimentación, vinculada con la variedad de la dieta y el acceso de la población a agua potable, es el tercer aspecto que considera Oxfam. El cuarto es la salud alimentaria, relacionada con la incidencia de enfermedades como la diabetes y la obesidad.
Con respecto a la calidad
de los productos alimenticios, la máxima se da en Islandia y la mínima en Bangladesh y Lesoto, en tanto que Mozambique es el país con peores condiciones de acceso al agua potable.
De acuerdo con Intermón Oxfam, el consumo excesivo, el uso ineficaz de los recursos y su desperdicio son las causas que explican que siga habiendo hambre pese a que "hay suficientes alimentos para todos".
LA INVESTIGACIÓN
El estudio fue elaborado con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial del Trabajo, y toma en cuenta las cuatro principales preocupaciones para los consumidores de todo el planeta, según Oxfam.
El primer aspecto que se considera para elaborar el índice es si las personas tienen suficiente para comer, lo cual se mide por los porcentajes de desnutrición y de niños con bajo peso. El segundo es la asequibilidad, evaluada por el costo de la comida en comparación con otros bienes y servicios y la volatilidad de los precios.
La calidad de la alimentación, vinculada con la variedad de la dieta y el acceso de la población a agua potable, es el tercer aspecto que considera Oxfam. El cuarto es la salud alimentaria, relacionada con la incidencia de enfermedades como la diabetes y la obesidad.
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