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Los pequeños avances a veces significan mucho. Lanzan el mensaje de que es posible, de que las cosas se pueden cambiar y de que no debemos resignarnos. La lucha y la colaboración conjunta de trabajadores, sindicatos y organizaciones dan resultados positivos. Resultados que invitan a pensar que se pueden alcanzar nuevas victorias en la batalla contra la precariedad laboral y salarial.
Los pequeños avances a veces significan mucho. Lanzan el mensaje de que es posible, de que las cosas se pueden cambiar y de que no debemos resignarnos. La lucha y la colaboración conjunta de trabajadores, sindicatos y organizaciones dan resultados positivos. Resultados que invitan a pensar que se pueden alcanzar nuevas victorias en la batalla contra la precariedad laboral y salarial.
Nuestra contraparte del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) e InspirAction han demostrado que es posible, a través de cursos y talleres formativos, fortalecer la acción política de los trabajadores y que estos superen las relaciones sociales de subordinación y luchen contra las injusticias
Ser empresario y pagar poco a tus empleados puede ser reprobable. Que ganes 26 veces el salario de un trabajador podría ser considerado como poco ético. Pero que encima les pagues a gran parte de ellos por debajo del salario mínimo establecido por ley es de vergüenza. En Bolivia, la empresa que se encarga de recoger la basura en la ciudad de La Paz no tenía reparos en malpagar a sus trabajadores a cambio de someterles a una explotación laboral.
Se requiere de pedagogía, claridad y tiempo para que los trabajadores vayan tomando conciencia de su situación laboral, para que se empoderen y comiencen a exigir mejoras. Tienen que ser ellos, los trabajadores, quienes sean conscientes de que las cosas se pueden cambiar actuando coordinados. Que los abusos no duran hasta el infinito.
Entrevistas, charlas informativas, horas de reunión y huelgas de dos días fueron necesarios para que la empresa boliviana de limpieza se viera obligada a equiparar los sueldos más bajos con el mínimo establecido por ley, mejorase las remuneraciones y reconociese sus derechos laborales.
Uno de los problemas cuando hablamos de la desigualdad es el creciente número de trabajadores que, aun teniendo un empleo, viven en riesgo de pobreza. La desigualdad no es solo un problema monetario, también está relacionada con la desigualdad política y social, sin embargo, la precariedad laboral y salarial convive con el incremento de la fortuna de unos pocos. Frecuentemente, los sueldos exiguos de los trabajadores van acompañados de la vulneración de sus derechos laborales. Esos derechos no son privilegios, son justicia social.
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