¿Por
qué Mujeres Sin Miedo Contra el Hambre?
Mujeres Sin Miedo contra el Hambre
Porque son varios los
años de lucha buscando reivindicar los derechos de las mujeres que a cada
instante se esfuerzan por alcanzar días mejores para los suyos y tropiezan con
diversas situaciones que dificultan su labor.
Porque el carácter de las relaciones
sociales imperantes en el país, que no advierten modificación, continúa
encumbrando élites de poder a costa de una población empobrecida, a la cual sí
le afecta el constante incremento de los precios de los alimentos.
Porque la realidad nacional demuestra cifras
alarmantes de malnutrición, donde la cuarta parte de la población (2.500.000
habitantes)[1] se encuentra en
situación de hambre y desnutrición, mientras que, según el Ministerio de Salud,
uno de cada cuatro niños tiene sobrepeso y obesidad (el 25 por ciento de la
población infantil), esto debido a una alimentación deficitaria en nutrientes a
raíz de las condiciones económicas familiares y los hábitos de consumo.
Porque
sabemos que las consecuencias de una niñez malnutrida son para toda la vida, teniendo
impacto directo sobre el estado de salud de nuestros(as) niñas y niños, con
repercusiones en el desarrollo intelectual. Los niños mal nutridos tienen un
escaso rendimiento escolar.
Porque tenemos en cuenta que una madre mal nutrida
no podrá transmitir al niño(a) los elementos necesarios para un adecuado y
normal desarrollo, dando a luz bebés débiles.
Porque sabemos el dolor que se siente al no poder
darle alimentos a un niño(a) que llora de hambre.
Porque somos testigos de cómo el sistema
agroexportador imperante se encarga de desestructurar sistemas comunitarios y
forzar a que lo mejor que produce nuestra tierra, alimentos culturales y con
identidad como la quinua, se convierta en una mercancía alcanzable para gente
rica en países potenciados, a costa de la alimentación y el vivir bien de
nuestra gente.
Porque tenemos en cuenta que el sistema global nos
ha convertido en trigo y azúcar dependientes. Dependemos más de productos del
agronegocio.
Porque se sigue privilegiando la producción de
coca, a costa de las áreas productivas de alimentos (frutales).
Porque sabemos que la verdadera riqueza de nuestra
nación no son el gas, ni los minerales, niel el oro, ni la plata, si no su
gente… los hombres y mujeres.
Porque el país, su diversidad y los sistemas
productivos propios son capaces de alimentar a la población.
Porque entendemos que el auge económico por la
venta de gas, minerales y comercio, no significa que nos alimentemos mejor, ni
cambiemos la realidad nacional.
Porque sabemos y tenemos
en cuenta que es el miedo el que no permite que avancemos y seamos nosotras,
desde nuestro hogar, barrio, comunidad o ciudad, las que propongamos
alternativas de cambio real.
Porque creemos que sólo
unidas plantearemos propuestas colectivas integrales que promuevan estructuras
y sociedades más humanizadas y justas.
Porque pretendemos hacer
escuchar nuestra voz, parafraseando a Galeano “La democracia tiene miedo a recordar, las armas
tienen miedo a la falta de guerra y los hombres tienen miedo a la Mujer Sin
Miedo”, sabemos que el sistema y el poderío económico en manos de unos cuantos
le tienen miedo a la gente consiente e informada.
Pues entonces lucharemos, teniendo como arma la
información, el análisis y la propuesta, para que el sistema hegemónico
imperante en el país, causante de hambre y malnutrición, tenga miedo a las
mujeres luchadoras y aguerridas del día a día…a las Mujeres sin Miedo.
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