27 de agosto de 2013

Boom de precios de la quinua genera productores agrícolas

CEDLA:

Nota de prensa

Boom de precios de la quinua genera productores agrícolas
capitalistas en los ayllus del Altiplano sur de Bolivia

Producción de quinua para la exportación crea una floreciente burguesía agraria en la zona

No es evidente la idea en sentido que el desarrollo de la producción de quinua en el Altiplano sur del país se sustenta en una base ancha de pequeños productores campesinos que se estarían beneficiando todos por igual con los ingresos que genera la exportación de este grano. Por el contrario, una minoría de comunarios convertidos en pequeños patrones y productores capitalistas ha acaparado la mayor parte de las tierras comunales y de la producción de quinua y concentra la mayor parte de los ingresos generados por esta actividad.

En el estudio “Propiedad colectiva de la tierra y producción agrícola capitalista: el caso de
la quinua en el Altiplano sur de Bolivia”, recién publicado, el Centro de Estudios para el
Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) analiza desde esa perspectiva las implicaciones del
actual boom de la producción de quinua que se observa en esa región del país.

Esta investigación, indaga acerca de las transformaciones sociales que se están operando
en las comunidades de la región como consecuencia de los cambios en las formas y
relaciones de producción en el cultivo de la quinua. Se remarca que debido a que la quinua
era fundamentalmente un cultivo para el autoconsumo localizado en las partes bajas de las
laderas, su forma de producción no había sufrido cambios sustanciales en siglos. A partir
de una cada vez mayor orientación de este cultivo al mercado y su localización en áreas
planas o de pampa, se advierte un alto grado de mecanización de la producción y la
introducción del trabajo asalariado.

En este sentido, dos fenómenos socioeconómicos son resaltados por este estudio: las
comunidades del Altiplano sur ya no son más aquellas donde la producción de quinua
destinada al autoconsumo era producida por campesinos con formas manuales y bajo el
sistema comunal de mantos o aynoqas. Hoy, a partir de una apropiación individual
indiscriminada de tierras comunales que antes se destinaban al pastoreo de ganado ovino y
camélido, la mayor parte de la producción de quinua tiene un alto grado de mecanización y
es realizada por obreros agrícolas contratados por pequeños, medianos y grandes
productores capitalistas.

Este proceso, indica el documento, “hecha por la borda los planteamientos tan en boga en
el país respecto a que la propiedad colectiva de la tierra, a pesar del predominio de la
economía capitalista en Bolivia, sería el anillo de seguridad que impediría la
mercantilización de la tierra y de la vida económica y social de quienes habitan en estas
formas de propiedad de la tierra”.

Por otro lado, los autores de esta publicación, Enrique Ormachea y Nilton Ramirez,
sostienen que “El desarrollo de la producción capitalista en el cultivo de la quinua en las
tierras de propiedad colectiva del Altiplano sur, también hecha por la borda la teoría
subjetivista del gobierno del MAS que afirma que el país se encaminaría hacia el desarrollo
de la denominada economía plural, es decir, al desarrollo armónico y complementario de
formas de propiedad y de producción antagónicas (economía privada, estatal, social
cooperativa y comunitaria)”. El avance de la “economía privada” de la quinua sobre la “economía comunitaria” de la ganadería confirma, para los autores, la imposibilidad de tal tipo de desarrollo.

Disparidades sociales

El estudio encontró también que las diferencias de ingresos entre los distintos tipos de
productores son significativas. Un gran productor que en 2011 alcanzó un ingreso neto de
2,3 millones de bolivianos por la producción de 1.950 quintales de quinua roja, tuvo un
ingreso neto de 11 veces más que un mediano productor que tuvo un ingreso neto de 219
mil bolivianos por la producción de 208 quintales de quinua roja y 43 veces más que un
pequeño productor que tuvo un ingreso neto de 54 mil bolivianos por producir 60
quintales de la misma variedad de quinua.

Por ello, en el documento se afirma que “No es evidente la idea de que todos y cada uno de
los productores de quinua se están beneficiando por igual con el boom de precios de la
quinua real en el mercado mundial. El menor o mayor ingreso neto depende del número de
hectáreas que los productores puedan concentrar (por la vía del usufructo directo de la
tierra o el arriendo de la misma), de los rendimientos y los niveles de producción que
logren alcanzar, así como de las variedades de quinua que lleguen a producir”.

“Para algunos productores de quinua implica la obtención de ganancias verdaderamente
importantes que no sólo les permiten seguir acumulando en la actividad quinuera, sino
también invertir en otras ramas de la economía. En el otro extremo, para la gran mayoría, la
producción de quinua apenas significa un ingreso que es insuficiente para la reproducción
de estas familias por lo que las mismas no han podido liberarse del trabajo asalariado
dentro o fuera de las comunidades.”

Por tanto, en el cultivo de la quinua en el Altiplano sur, “mientras una minoría se
enriquece, una buena parte se pauperiza, reflejándose, por tanto, en las comunidades de
esta región, las tendencias inequívocamente inequitativas inherentes al capitalismo”,
observan los investigadores.

FUENTE: http://www.cedla.org/sites/default/files/NP%20Informe%20Quinua.pdf

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