La investigación “Comer Bien para Vivir Bien. Un análisis de los significados del Comer Bien y los desafíos de su aplicación práctica como aporte a la operacionalización del Vivir Bien”, firmado por Huguenot, aborda la relación entre las mujeres de bajos recursos y la comida, analizando sus hábitos alimenticios y recuperando sus expectativas y aspiraciones en cuanto al comer bien y al vivir bien. El grupo focal y el dibujo fueron las técnicas utilizadas porque permiten “intercambiar experiencias, percepciones y construir conocimiento compartido”.
El estudio llegó a tres constataciones: comer bien permite vivir bien porque garantiza el derecho a la vida y el equilibrio con la naturaleza; comer bien permite vivir bien porque permite recuperar la identidad cultural en comunidad y con soberanía; y comer bien para las mujeres y familias de sectores de escasos recursos pasa por la despatriarcalización y la promoción de condiciones de igualdad entre hombres y mujeres.
El machismo es un factor, según el estudio, que pone obstáculos a muchas mujeres y familias incluso para que puedan comer bien y vivir bien. Huguenot cita a la violencia económica que ejercen los maridos sobre sus esposas impidiéndoles acceder a los recursos suficientes para una alimentación nutritiva y sana, o la violencia sicológica hacia las esposas que les impide decidir sobre qué cocinar: cuando una mujer del campo se casa con un hombre de la ciudad, éste le pide cocinar alimentos como el fricasé y ella no puede más cocinar la sopa de verduras o diferentes ajís que cocinaba antes.
En esta situación también subyace una idea de modernidad que se opone a hábitos rurales y, al mismo tiempo, una idea de bienestar masculino que estigmatiza lo femenino y lo rural, dice la investigadora. A este problema se suma la participación de las mujeres en el mercado laboral, lo que les resta tiempo para las tareas domésticas, entre ellas cocinar, una tarea que no está acompañada todavía por un involucramiento de los varones.
Por eso una de las constataciones de Huguenot es que “para las mujeres y, por ende, para las familias bolivianas comer bien pasa por la despatriarcalización y la promoción de condiciones de igualdad entre hombres y mujeres”. En síntesis, el hecho de comer bien está relacionado a la igualdad de género.
“Estas constataciones nos permiten concluir que comer y vivir bien se unen en la misma búsqueda de un modelo de desarrollo alternativo a la modernidad y al capitalismo, modelo que pretende valorar tanto el derecho a la vida y el equilibrio con la naturaleza como también la identidad cultural en comunidad y con soberanía. Sin embargo para que este modelo ofrezca igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres su construcción debe pasar necesariamente por la despatriarcalización para lograr erradicar al machismo y la violencia de género”, dice Huguenot.
La Ley de la Madre Tierra fue aprobada la gestión pasada, y en ella se establece que saber alimentarse es un primer objetivo del desarrollo en armonía con la naturaleza. En ese contexto, la investigación de Huguenot, una de las cuatro contenidas en la publicación “Vivir Bien. Contextos e interpretaciones”, tiene el objetivo de contribuir a esa discusión y aportar a políticas públicas.
Para contactar a la investigadora: cyrielle.huguenot@gmail.com
Referencias bibliográficas: Vivir Bien. Contextos e interpretaciones. Colque, Victor Hugo; Argollo, Marcelo; Kruyt, Suzanne; Huguenot, Cyrielle. ISEAT. 2013.
Vivir bien: ¿Paradigma no capitalista? Farah H, Ivonne. CIDES-UMSA. 2011.
Vivir bien: ¿Paradigma no capitalista? Farah H, Ivonne. CIDES-UMSA. 2011.
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