Luis Espinal Camps*
Jesucristo ha dicho
"Quien quiera economizar su vida, la perderá;
y quien la gaste por Mí,
la recobrará en la vida eterna".
Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida,
entregarla sin reservas.
Un terrible instinto de conservación
nos lleva hacia el egoísmo,
y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.
Tenemos seguros por todas partes,
para evitar los riesgos.
Y sobre todo está la cobardía...
Señor Jesucristo,
nos da miedo gastar la vida.
Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla;
no se la puede economizar en estéril egoísmo.
Gastar la vida es trabajar por los demás,
aunque no paguen;
hacer un favor al que no va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aún al fracaso,
si hace falta, sin falsas prudencias;
es quemar las naves en bien del prójimo.
Somos antorchas
que sólo tenemos sentido
cuando nos quemamos;
solamente entonces seremos luz.
Líbranos de la prudencia cobarde,
la que nos hace evitar el sacrificio
y buscar la seguridad.
Gastar la vida
no se hace con gastos ampulosos
y falsa teatralidad.
La vida se da sencillamente,
sin publicidad, como el agua de la vertiente,
como la madre da el pecho a su wawa,
como el sudor humilde del sembrador.
Entrénanos, Señor,
a lanzarnos a lo imposible,
porque detrás de lo imposible
está tu gracia y tu presencia;
no podemos caer en el vacío.
El futuro es un enigma
nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos
porque Tú estás esperando en la noche
con mil ojos humanos rebosando lágrimas.
---
Sacerdote jesuita y periodista. Fue fundador de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, director del Semanario Aquí y radio Fides. Fue asesinado en marzo de 1980. El poema forma parte de Oraciones a quemarropa.
FUENTE: http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2015070802
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